Londres, 24 feb (Prensa Latina) El juez español Baltazar Garzón afirmó hoy aquí que Estados Unidos pretende utilizar el caso del fundador de Wikileaks, Julian Assange, para proteger su servicio de Inteligencia contra la publicación de información confidencial.
Es tremendo, Estados Unidos está blindando su servicio de Inteligencia frente a la posibilidad de que un periodista difunda información, aseveró el letrado español durante un receso del juicio de extradición de Assange, que comenzó este lunes en un juzgado del sureste de Londres.
En opinión de Garzón, quien dirige el equipo internacional de abogados a cargo de la defensa del periodista australiano, lo que pretende el Gobierno norteamericano es una locura.
¿Si recibes y difundes información, entonces espías para toda la humanidad?, se preguntó el famoso jurista, para quien todo el proceso representa un ataque a la libertad de expresión, que solo busca proteger los derechos de Estados Unidos.
Assange compareció este lunes a la apertura del juicio en el cual la jueza de distrito Vanessa Baraitser decidirá si accede a la petición de extradición presentada por la fiscalía norteamericana, que lo acusa de conspiración para cometer espionaje, piratería informática y otros 16 cargos más, que en total conllevan una sentencia de 175 años de cárcel.
El fundador de Wikileaks, quien está internado desde abril pasado en la cárcel de Belmarsh, contigua al tribunal, escuchó los argumentos de los fiscales desde el banquillo de los acusados, y solo se le permitió intervenir para decir su nombre y edad.
La parte demandante alegó que Assange no es requerido por la justicia estadounidense por divulgar los archivos secretos que le suministró la exanalista del Ejército Chelsea Manning, sino por poner en peligro la vida de los informantes mencionados en los documentos.
El fiscal norteamericano James Lewis admitió, no obstante, no tener pruebas de que alguna de esas personas resultó dañada como resultado de las filtraciones, algo que para el actual director de Wikileaks, Kristin Hrafnsson, es una demostración de que se trata de un caso político para escarmentar a los periodistas.
Aquí no es Assange quién está en el banquillo de los acusados, sino el periodismo y la libertad de prensa, aseveró Hrafnsson durante uno de los recesos de la vista, que se extenderá hasta el próximo viernes, y luego se reanudará el 18 de mayo.
Decenas de personas, entre ellas varios miembros del movimiento Chalecos Amarillos llegados en autobús desde París, se congregaron este lunes en las afueras del tribunal para exigir la liberación del ciberactivista, de 48 años.
Los cánticos y gritos de apoyo de los manifestantes eran perfectamente audibles dentro de la sala del tribunal, al punto que la jueza preguntó «si no se podía hacer algo» para acallarlos.
Assange se quejó en un momento de que el ruido que se escuchaba desde el exterior le impedía concentrarse.
Según adelantó Hrafnsson, la defensa presentará a partir de mañana pruebas contundentes que demuestran la inocencia del fundador de Wikileaks.
Entre las evidencias estaría la declaración de un testigo sobre un supuesto indulto ofrecido en 2017 por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a cambio de que Assange negara la participación de Rusia en la filtración de los correos electrónicos del Partido Demócrata en 2016.